Quizás la fruta nativa de Uruguay más conocida en la actualidad es el más fácil de conseguir en el país, aunque este nombre identifica a una familia de palmeras que van desde algunas casi sin tallo de apenas 40cm hasta semi arboles que pueden alcanzar los 10m de altura. De las mas de 20 especies que existen no todas dan frutos ni todos sus coquitos son comestibles. El nombre butiá viene del Brasil.
Hay varias teorías de como llegaron estas palmeras que son endémicas del sureste de Brasil a nuestro territorio, pero la que más se afirma es la de que los nativos plantaron varias para formar un camino claro para volver a nuestras planicies después de refugiarse del clima frio en zonas tropicales hacia el norte del continente.
El género que se encuentra en Rocha formando estos palmares es Butiá Odorata, que da un fruto mas bien anaranjado casi rojo o rojizo que posee una abundante pulpa jugosa, aroma parecido al de la frutilla, de consistencia acuosa, comestible y sabor agridulce. Es un fruto muy rico en potasio (tienen hasta 5 veces lo que una banana) y vitamina C.
Esta variedad junto con la Capitata soporta temperaturas tan bajas como -10°C por lo que ha sido utilizada como ornamental en todas partes del mundo. Si la querés en tu casa tené en cuenta que, aunque se adapta bien, necesita suelos arenosos o bien drenados, suelto y alcalino casi neutro con respecto al Ph.
Entre los años 1930 a 1970 en Brasil y Uruguay se utilizaba la fibra, llamada pelo vegetal para la elaboración de colchones, siendo esto de gran importancia en la economía textil. Con la pulpa del butiá se preparan licores, galletas, mermeladas, caña, chutney y en Apité una salsa picante. Para realzar su sabor ácido con toques dulces se asan los jalapeños utilizados en la receta.
Podés encontrar más información en el podcast de Apité y conseguir la salsa picante de butiá en la tienda de la web o distintos locales en el país.
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