Su nombre científico: Schinus molle. Es el árbol indígena más popular entre los uruguayos, y es también conocido como un falso pimentero.
Pero, ¿por qué falso pimentero? Primero que nada porque no es de la familia de las pimientas, una planta del género Piper, y por lo tanto no pica. Su sabor es más bien amargo y cítrico, muy parecido a morder la cáscara de una naranja. Estas bayitas son mas bien útiles para dar aromas complejos. Su perfume podría describirse como el de lúpulo, la flor seca que se utiliza para darle amargor a la cerveza, tanto así que si mordés un grano sentirás en nariz lo mismo que al destapar una botella de la bebida espumosa.
El mejor uso que se puede dar es en conservas tipo escabeches. El grano es muy duro y esto dificulta su molienda. Por mas mortero de piedra o mega procesadores que uses no vas a lograr quebrar la semilla. Sin embargo si la dejas macerar vas a sacarle todo el sabor y aroma posible. Podés activar sus aceites en una sartén y luego ponerlos en un frasco o cocinar el escabechado con los granos.
Para infusionar aceites o vinagres también es una buena idea. En cocteles con gin, y tes florales para generar contraste. También podes hacer un almibar.
Si queres que agregue recetas con anacahuita dejá en los comentarios del posteo para que vaya sumando.
Volviendo a los árboles pueden crecer hasta 12m, con ramillas colgantes, sus hojas son perennes. La hembra es la que da racimos de uno frutos pequeños, que cuando están maduros su cascara se ve rojiza y seca. Adentro se encuentra la “pimienta” que desprende un fuerte perfume y una resina pegajosa cuyo sabor es mas fuerte que el de la pimienta negra. Frotando esta contra la piel es un buen repelente de mosquitos.
Se puede infusionar sus hojas para combatir resfríos y bronquitis, problemas digestivos, antirreumático, y mantener a las hormigas alejadas de tu huerta. También se aprovechan sus aceites esenciales en la industria cosmética y farmacéutica.
En Montevideo se encuentran mas de un centenar repartidos en todos los barrios , la Intendencia ha plantado anacahuitas, fundamentalmente en parques y espacios abiertos, pero por un conjunto de razones (que no pierde la hoja, que su copa es muy amplia, etc.) rara vez la utiliza en el arbolado de las calles. Sin embargo son los vecinos quienes deciden muchas veces plantarlos frente a sus casas por las mismas razones.
La madre (o padre) de todas las anacahuitas está en pleno centro de Montevideo. De gigantescas dimensiones, se encuentra en un patio interno de la Torre de los Profesionales.
Se trata del mismo ejemplar que años atrás había sido descrito por Muñoz (1992) de la siguiente manera: “En las calles Yaguarón y Colonia … se puede ver un notable ejemplar cuyas medidas son: Circunferencia mts 7,50, diámetro mts 2,38, altura mts 14. Este individuo debe ser especialmente protegido ya que su ubicación es sumamente crítica, en un predio particular, baldío, con miras a futuras construcciones, lo que hace
suponer que se pueda pensar en su eliminación. Su edad es mucho más que centenaria”.
Por otro lado, allá por el 700 d.c. los Huari (Perú) hacían una especie de “chicha” de molle, usando las semillas como ofrenda. En Cerro Baúl se ha encontrado una instalación arqueológica de 500 m² dedicado a la elaboración de esta bebida fermentada.
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